1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Análisis

Chega, la nueva ultraderecha portuguesa

En las elecciones del 6 de octubre la formación ultra consiguió un diputado. El discurso y la estrategía de su líder, André Ventura, es cercano a Abascal, pero tiene aún más sintonía con Bolsonaro

Steven Forti 11/12/2019

<p>André Ventura durante la manifestación de los sindicatos de la policía en Lisboa, el 21 de noviembre.</p>

André Ventura durante la manifestación de los sindicatos de la policía en Lisboa, el 21 de noviembre.

@AndreCVentura

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Hasta hace poco se repetía que la península ibérica era una excepción en una Europa arrasada por la ola ultraderechista. Las sociedades española y portuguesa, se decía, tenían unos anticuerpos que habrían evitado el contagio del virus por debajo de los Pirineos. Pues bien, la excepción ha terminado: Vox se ha convertido en solo doce meses en la tercera fuerza en el Congreso, al obtener el 15% de los votos el pasado 10-N, mientras que una nueva fuerza de extrema derecha, Chega, acaba de hacer su ingreso en el Parlamento luso. De momento, solo Irlanda y Malta no cuentan con diputados ultras en sus cámaras.

Es cierto que el resultado de Chega en las elecciones legislativas portuguesas del pasado mes de octubre –1,3%, 67.826 votos– no es en absoluto comparable con la explosión de la formación de Abascal. En comparación con los 52 diputados de Vox, un solo parlamentario ultra en Lisboa, el joven líder de la formación André Ventura, de 36 años, parece casi “inocuo”. Además, con otro sistema electoral, como el español, no habría conseguido siquiera representación parlamentaria. A orillas del Tajo el fenómeno es sin duda limitado. Sin embargo, la aparición de Chega es sintomática de una serie de procesos que se están dando a nivel internacional y merece la pena prestarle atención. Además, es la primera vez desde la Revolución de los Claveles de 1974 que la extrema derecha entra en el Parlamento de Lisboa.

Un partido ultraliberal

Chega, literalmente Basta, nació el pasado mes de abril como una escisión del Partido Social Demócrata (PSD), la fuerza principal de la derecha portuguesa. Ventura, de hecho, fue militante del PSD. En abril de 2017 fue candidato por el partido de Passos-Coelho a la alcaldía de Loures, un municipio en la periferia norte de la capital lusa gobernado por los comunistas. Quedó muy lejos de ganar, pero fue elegido concejal y, sobre todo, radicalizó el discurso de la derecha conservadora clásica, a lomos del antigitanismo. En mayo de este año se presentó a las elecciones europeas en la coalición Basta!, junto a otros pequeños partidos, como los monárquicos y los pro-vida. No consiguió ser elegido, pero obtuvo 50.000 votos, el 1,5%. Fue un pequeño avance para la extrema derecha, históricamente muy fragmentada y con porcentajes de voto inferiores al 1%.

Siendo Portugal un país más centralizado que España y sin pulsiones secesionistas, Chega no propone una recentralización del sistema, pero sí aboga por una reforma completa de la Tercera República

Chega se considera un partido “conservador en las costumbres, liberal en la economía, nacional en la identidad y personalista”. Cuando se le pregunta si es de extrema derecha, Ventura contesta que es sencillamente “antisistema” o “políticamente incorrecto”. Nada nuevo, por otro lado. A Salvini no le gusta que le digan que es un ultraderechista, aboga por definirse como el representante del sentido común de los italianos. Según Goffredo Adinolfi, historiador e investigador en el Instituto Universitario de Lisboa, Chega es sin lugar a dudas “un partido populista de extrema derecha”, similar a Vox y a la Liga: “Todos son hijos del mismo magma cultural que se adapta al contexto nacional donde actúa”. Manuel Loff, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Oporto, va más allá. Para el, la de Ventura es una formación “nacional-populista con rasgos evidentes de neofascismo”. 

Desde el punto de vista ideológico, efectivamente, Chega se enmarca perfectamente en la extrema derecha 2.0 que tras la crisis de 2008 ha ido expandiéndose por toda Europa. Las analogías con Vox, aún más que con otros partidos, son evidentes: no solo por el discurso contra la inmigración, las políticas de género, el “marxismo cultural”, la corrupción y el clientelismo o en defensa de la familia tradicional y la mano dura en temas de seguridad –propone la cadena perpetua y la castración química para los violadores; presentó como candidato en Oporto a Hugo Ernano, militar de la Guardia Nacional Republicana que en 2008 asesinó un muchacho de 13 años durante una persecución policial–, sino, sobre todo, por las políticas ultraliberales en temas económicos. Además de la bajada de impuestos –considerados una “extorsión fiscal” y “terrorismo de Estado”–, una de sus medidas estrella es el desmantelamiento del sistema público de salud y educación y la eliminación del Ministerio de Educación. En resumen, privatización a toda costa. No por casualidad, Ventura, que se considera un fan de Reagan, tenía una estupenda relación con Passos Coelho, el exprimer ministro conservador que aplicó entre 2011 y 2015 las políticas de austeridad más duras de la historia lusa. El que fuera presidente del PSD hasta 2018 fue su principal valedor cuando se presentó a la alcaldía de Loures. 

Siendo Portugal un país mucho más centralizado que España y sin pulsiones secesionistas, Chega no propone con tanta fuerza una recentralización del sistema como Vox, pero sí aboga por una reforma completa de la Tercera República. En su programa, propone la extinción del cargo de primer ministro, la instauración de un sistema presidencialista y una drástica reducción de los diputados (de 230 a 100). Un discurso no solo favorable a un líder fuerte que no encuentre obstáculos en la separación de poderes, sino también una crítica al funcionamiento mismo del sistema democrático, sean estos los “chiringuitos”, como en el caso de Vox, o el número de parlamentarios, como el Movimiento 5 Estrellas. La democracia, en síntesis, es presentada como un gasto inútil. 

En temas económicos, Chega entra en competición con Iniciativa Liberal (IL), una nueva formación que ha obtenido también un diputado en las últimas elecciones. IL es otra escisión del PSD que en los últimos comicios ha obtenido el peor resultado de su historia (27,7%), al perder más de un millón de votos con respecto a 2011. Lo mismo puede decirse de la otra fuerza tradicional de la derecha lusa, el Centro Democrático Social (CDS), que, con solo el 4,2%, ha tocado fondo. La crisis y la fragmentación de la derecha es una de las explicaciones de la aparición de Chega. 

¿Quién vota a Chega?

Como en España y en otros países, uno de los grandes debates post-electorales en Portugal es acerca de si la extrema derecha ha conquistado  a exvotantes de izquierdas. Tanto el Bloco de Esquerda (BE) como el Partido Comunista Portugués (PCP) han perdido votos respecto a 2015 (50.000 y 114.000, respectivamente), al sufrir, aunque de forma limitada, el desgaste de apoyar al Gobierno de minoría socialista de António Costa, pero, según Loff, “no se confirma la tesis de que Chega recoge voto de la izquierda y sobre todo voto comunista”. De hecho, en la orilla sur de Lisboa, donde se encuentran históricas alcaldías comunistas, como Almada o Barreira, la extrema derecha no llega al 2% –supera escasamente la media nacional– y las izquierdas siguen siendo las primeras fuerzas. Según Loff, el de Chega es “un electorado patriarcal cabreado, salido del armario del reaccionarismo histórico de los últimos años, gracias a temas como los inmigrantes ‘inasimilables’, la denuncia de la ideología de género y la reivindicación de la grandeza histórica y la tradición portuguesas. Es un voto que proviene de entornos populares hasta ahora poco movilizados y, sobre todo, de gente mayor, que ve mucha televisión”.

Chega obtuvo más del 5% en Elvas, ciudad fronteriza a pocos kilómetros de Badajoz, y en Campo Maior, sede de Cafés Delta, municipios donde existe una importante comunidad gitana

El de la televisión, efectivamente, es un factor importante en el caso de Chega. Y explica, además, por qué en el norte del país, tradicionalmente conservador, no ha sacado votos, y ha quedado muy por debajo de la media nacional. André Ventura, profesor de derecho en una universidad privada, se dio a conocer en el canal de televisión CMTV, propiedad del periódico Correio da Manhã –en el que también es columnista– como tertuliano de deportes y de sucesos, un formato importado de Brasil. Es un opinador que representa al Benfica y, posiblemente por eso, no ha tenido éxito en el norte, una región donde las simpatías son todas para el Oporto. “De momento, es un voto regional, alrededor de Lisboa, y vinculado sobre todo al municipio de Loures, donde Ventura tiene una visibilidad política desde hace más de un bienio”, zanja Loff. 

Sin embargo, en el análisis del voto entra también otro factor: la geografía de las minorías étnicas y, sobre todo, de los gitanos. Chega obtuvo más del 5% en Elvas, ciudad fronteriza a pocos kilómetros de Badajoz, y en Campo Maior, sede de Cafés Delta, municipios donde existe una importante comunidad gitana. “Ese no es el mapa de las alcaldías y los votos comunistas, sino del racismo y la xenofobia. El de Chega es un voto claramente gitanófobo”, añade el profesor de la Universidad de Oporto. Esto le ha permitido absorber votantes –y también algunos dirigentes– del Partido Nacional Renovador (PNR), la formación neofascista portuguesa que ha tenido en sus filas a miembros de grupos neonazis. Nacido en 2000 como compendio de diferentes pequeñas formaciones ultras y aliada en Europa de Jobbik y el British National Party, el PNR ha perdido la mitad de sus votantes el pasado octubre respecto a 2015, pasando del 0,5 al 0,3% de los votos. Hablamos de pequeñas cifras, pero los flujos son evidentes, como en el caso de Falange y Vox. Además, el programa electoral de Chega es obra de Diego Pacheco de Amorim, anteriormente autor de los programas de Nova Democracia, otra de las pequeñas formaciones de la ultraderecha portuguesa. 

Inmigración y abstencionismo

El tema de la inmigración es clave para explicar la entrada de Chega en el Palacio de São Bento. Es cierto que Portugal no vivió la crisis de los refugiados de 2015 y que el número de extranjeros es menor que en otros países europeos –los residentes son poco más de medio millón sobre una población de 10,3 millones y la mayoría provienen de Brasil y las excolonias africanas, todos países lusófonos–, pero también lo es que ha ido aumentando en el último trienio, debido a las necesidades de la economía portuguesa y a la pérdida de capital humano, con la emigración de más de medio millón de jóvenes en los años más duros de la crisis. Además, según Goffredo Adinolfi, “Chega ha roto el acuerdo implícito existente entre las fuerzas políticas lusas: el de no utilizar la inmigración como un elemento de propaganda política”. 

Chega se considera cercana a Vox, Le Pen y Salvini. En septiembre, Ventura se reunió en Madrid con dirigentes de Vox, Rubén Gallardo y Javier García Martín, y tras el 10-N felicitó en las redes a Abascal

Queda otro elemento: la altísima abstención que, en octubre, superó el 51% (300.000 personas más que en 2015). “Una parte del país vive completamente fuera de la vida política”, explica el investigador del Instituto Universitario de Lisboa. “Es posible que estos sectores se decanten en el futuro por la extrema derecha. En los barrios más pobres la abstención es, de hecho, un 15 o un 20% más alta que en los barrios acomodados. Si a esto le añadimos los altos niveles de pobreza y un salario medio de solo 800 euros, es fácil entender cómo Chega tiene posibilidades de crecer”.

En cuanto a las conexiones internacionales, Chega se considera cercana a Vox, Le Pen y Salvini. En septiembre, Ventura se reunió en Madrid con dos dirigentes de Vox, Rubén Gallardo y Javier García Martín, y tras el 10-N felicitó en las redes a Abascal, anunciando una próxima reunión con el líder ultra español, que, por lo que se sabe, todavía no se ha celebrado. Sin embargo, según Manuel Loff, Chega tiene aún más sintonía con Bolsonaro y su éxito depende de la importación del discurso y la estrategia bolsonarista. Por un lado, la capacidad de llegar a un público despolitizado y de entornos populares a través de los programas de televisión dedicados al deporte y al crimen. Por el otro, la utilización de las redes sociales con un gasto notable en campaña electoral. Todos admiten que, además, Ventura es un buen comunicador. Por último, la crítica a la cultura política marxista cuyo inspirador no es solo el presidente brasileño, sino también Jaime Nogueira Pinto, el gran padre de la extrema derecha portuguesa desde el final de la dictadura salazarista. 

A esto debe añadirse un elemento externo: la actitud de los medios de comunicación. Hasta las elecciones de octubre no prestaron especial atención a Chega, pero después de la entrada de Ventura en el Congreso se le está dando una enorme visibilidad. “Está cada día en los programas de televisión. Se le ha banalizado. No ha habido un debate serio sobre cómo los medios deben tratar a la extrema derecha”, confirma Loff. Eso sí, ha habido una reacción muy fuerte en la izquierda, socialistas incluidos, mientras en la derecha hay un gran debate: la actual dirigencia del PSD, encabezada por el exalcalde de Oporto Rui Rio, ha tomado distancia de Ventura, considerándolo incompatible con su cultura política, mientras que los sectores críticos –que en enero le disputarán la presidencia del partido– defienden un acercamiento y una gran coalición de toda la derecha, incluyendo a Chega. El objetivo de estos últimos es una radicalización del PSD, basada en el ultraliberalismo económico, el racismo cultural y la política del miedo. En síntesis, ser Merkel o Johnson; ese es el dilema de la derecha lusa. Según Loff, “el CDS se radicalizará aún más a la derecha para intentar absorber a Chega. Pero la clave es qué pasará en el PSD: si Rui Rio gana las primarias, es posible que mucha gente se vaya con Ventura”. El futuro de Chega dependerá, en buena medida, de lo que haga la derecha tradicional.

Comparado con otros contextos nacionales, Chega no parece de momento una amenaza, sino más bien una excentricidad para un país con una clara mayoría progresista. Ahora bien, las cosas pueden cambiar rápidamente. Lo hemos visto en España. Chega puede ser una nota a pie de página en la historia portuguesa o puede convertirse en una referencia más en la geografía de la extrema derecha 2.0.

Ya está abierto El Taller de CTXT, el local para nuestra comunidad lectora, en el barrio de Chamberí (C/ Juan de Austria, 30). Pásate y disfruta de debates, presentaciones de libros, talleres, agitación y eventos...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Steven Forti

Profesor de Historia Contemporánea en la Universitat Autònoma de Barcelona. Miembro del Consejo de Redacción de CTXT, es autor de 'Extrema derecha 2.0. Qué es y cómo combatirla' (Siglo XXI de España, 2021).

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

1 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. zyxwvut

    Aún esramos esperando que CTXT conceda el legitimo derecho de réplica a Fusaro para que pueda defenderse del torrente de insultos y calumnias del artículo del "profesor" Forti. Pero eso no pasará ¿verdad?

    Hace 4 años 3 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí