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Análisis

La excelencia defensiva del Atlético de Madrid

La forma de defender del equipo del Cholo es un arte colectivo, una maravilla para la vista que consigue dificultar el juego a los mejores de Europa

Analy'sport Traducción: Gabriel Méndez-Nicolas 30/04/2016

<p>Simeone da instrucciones durante el partido Atlético de Madrid - Eibar (3-1)</p>

Simeone da instrucciones durante el partido Atlético de Madrid - Eibar (3-1)

Club Atlético de Madrid / Ángel Gutiérrez

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El Atlético de Madrid vive desde hace algunas temporadas un sueño. Como segundo club de la capital española, los aficionados siempre han estado a la sombra del ogro merengue. Pero esta relación de fuerza es mucho menos clara desde que un tal Diego Simeone cogió las riendas de los colchoneros. Lejos de la potencia económica de los dos monstruos ibéricos, FC Barcelona y Real Madrid, aguantan temporada tras temporada llegando incluso a quitarles la Liga en la campaña 2013/2014.

Si los catalanes tienen de cara ganar el campeonato este año, impulsados por un ardiente trío ofensivo, el Atlético de Madrid es el último equipo que puede contestar esa supremacía en el territorio nacional… Y, por qué no, en el escenario europeo.

¿Cuáles son las recetas de ese equipo que consigue luchar contra las plantillas más grandes de Europa cuando tiene que lidiar regularmente con la salida de sus mejores jugadores? (Falcao, Diego Costa, Filipe Luis, Miranda o Turan).

Construyendo desde el individuo

Escuchamos regularmente a entrenadores, presidentes o jugadores explicar que hacen lo que pueden con los medios que cuentan. Recientemente, Willy Sagnol explicó que tenía que 'componer' con sus jugadores y que no podía aspirar a hacerles progresar por falta de tiempo disponible.

“No tengo la fibra de formador. Formador implica ser educador, tener paciencia y suerte de tener tiempo. Cosa que no tienes cuando eres entrenador.”- Willy Sagnol.

Con esta declaración el entrenador de Burdeos expone bastante bien su concepto de entrenador y sus deberes: gestionar más que formar.

El Atlético de Madrid es a menudo elogiado por su estado de ánimo, con jugadores que no dan nada por perdido y que pelean durante 90 minutos. Estos rasgos de carácter  corresponden a su entrenador, que no era distinto cuando él mismo era jugador. Generalmente esta constatación apoya la idea de que Diego Simeone es por lo tanto un entrenador manager, es decir, que saca lo mejor de su equipo con su gestión del individuo y del grupo.

Siendo honestos, se menciona regularmente las cualidades tácticas del Cholo ya que su equipo representa, desde hace varias temporadas, un verdadero desafío para todos los equipos de Europa a los que se enfrenta.

Pero esta capacidad de hacer progresar a sus jugadores, a formarlos, rara vez se evoca. En efecto, si es indiscutiblemente excelente en lo táctico y un gran líder, Diego Simeone es también un formador.

Si el equipo es colectivamente excelente cuando el adversario tiene el balón (...) es porque cada jugador cuenta con unas sólidas bases individuales que les permite, a partir de estas, cimentar el juego colectivo. Vamos a hablar de tres de estas técnicas defensivas individuales esenciales en el juego de los colchoneros, ya que van a intervenir en el análisis colectivo que realizaremos después.

-Impedir que el adversario se dé la vuelta con el balón en los pies

-Defender la línea de pase

-Adaptar la defensa al número de jugadores

La primera es utilizada sobre todo por los laterales que tienen que impedir que el extremo contrario se dé la vuelta cuando éste recibe el balón. Juanfran y Filipe Luis son especialmente eficientes en este aspecto.

La segunda técnica no es relativa a los laterales, pero está en el origen del trabajo de las dos primeras líneas del Atlético (atacantes y mediocampistas) cuando el adversario tiene la pelota.

“No marquéis a un jugador, cubrid el espacio entre dos jugadores”Pep Guardiola

La idea es simple e increíblemente eficaz… si es realizada correctamente. En efecto, defender la línea de pase significa que se permite que un jugador gane la espalda, tenga espacio para recibir el balón si consiguen encontrarle. Los jugadores del Atlético son especialmente buenos para defender de manera dinámica las líneas de pase: ¡algunos parecen tener ojos en la nuca para ajustar su posición!

Por último, la tercera técnica es una base del bagaje defensivo de cualquier jugador, para analizar una situación antes de intervenir. No se defiende igual un 1 para 2, que un 2 para 2, o un 2 para 1. Sin embargo, hasta si este conocimiento “teórico” está evidentemente presente en todos los jugadores, los diferentes niveles ponen de manifiesto las diferencias existentes en el dominio real de estas. Todos hemos visto jugadores presionar mucho estando en inferioridad numérica, o retrasar la posición estando en superioridad.

Este video de Enric Soriano muestra un ejercicio durante un entrenamiento de Simeone con el Atlético de Madrid, en el que desarrolla de manera específica una técnica defensiva individual (defender 1 para 2). Este trabajo en el aislamiento de técnicas individuales es habitualmente realizado por el entrenador del Atlético. Una metodología, muchas repeticiones aislando un gesto o una técnica hasta el completo dominio de esta, que representa la 'escuela Bielsa' que encontramos en muchos entrenadores argentinos (Bielsa, Berizzo, Simeone). Esto confirma (si algunos dudaban de ello), que Simeone no se contenta con hacer lo mejor con los jugadores que tiene. Quiere formar a sus jugadores y busca por lo tanto su progresión. No es solo un motivador, es también un formador. Y, porque sería un crimen omitirlo, un maestro táctico.

El individuo dentro del colectivo

Para poder formar a los jugadores en técnicas específicas como esta, hay que tener una idea clara de lo que se quiere realizar. No sirve de nada defender el espacio entre dos jugadores si no aplicamos un marcaje individual estricto. Tampoco es muy útil impedir que el adversario se dé la vuelta si no se le persigue cuando se desmarca. Las técnicas individuales trabajadas son conclusivas de unos principios de juego colectivo.

Para comprender cuáles son estos principios en el plan de Simeone, vamos a estudiar el comportamiento de su equipo en fases defensivas en estático; es decir, cuando el oponente tiene una posesión segura del balón. Sin embargo, debemos distinguir varios casos de defensa en estático:

-El bloque alto (primera línea defensiva)

-El bloque medio con un 4-4-2 (defensa en el medio del campo)

-El bloque medio con un 4-1-4-1 (defensa alternativa en el medio del campo)

-El bloque bajo (defensa de los últimos 30 metros)

Estas distinciones pueden parecer arbitrarias, pero entenderán más adelante su importancia. Por ello, vamos a seguir el paso de un equipo que empezará con un bloque alto (presión adelantada) antes de pasar al bloque medio y acabar en el bajo.

¡Qué presión!

En un imaginario colectivo, el Atleti parece un equipo que defiende muy atrás y que, por así decirlo, “planta el autobús”. Empezar el análisis con la presión arriba puede parecer asombroso con esta premisa. Sin embargo, hay que respetar la realidad del terreno de juego. En efecto, los hombres de Diego Simeone entran de manera muy agresiva en los partidos, presionando al adversario muy arriba, sin dejar que construya con calma desde la defensa.

Esto no es nada nuevo: muchos equipos deciden empezar con una presión muy agresiva para tomar la iniciativa en el partido, al menos en el aspecto psicológico. Pero los colchoneros no presionan como locos al adversario como lo hacía el Athletic de Bilbao de Bielsa. El bloque defensivo toma una posición muy arriba, pero respetando el esquema inicial (4-4-2, por ejemplo) y conserva esa defensa zonal hasta que uno de sus delanteros empieza la presión. Desde ese momento, las dos primeras líneas defensivas (atacantes y mediocampistas) tienen como objetivo tapar las líneas de pase y, por lo tanto, ir al contacto de cualquier jugador que pueda ser una opción de pase para el portador del balón. Evidentemente, en la configuración defensiva de este bloque alto, los atacantes no tardan mucho en ir a presionar. El cambio entre la “zona” y la defensa tapando la “solución de pase” se explica por la dificultad de mantener esa presión agresiva en campo contrario. En efecto, esta presión solo puede darse si existe un control de los espacios interiores del bloque, que tiene que ser lo suficientemente compacto para impedir que el contrario juegue con comodidad. La primera línea se sitúa al límite del área contraria y es muy complicado mantener un bloque compacto de manera vertical. La solución del entrenador argentino es por lo tanto pasar de esa defensa en zona a una defensa que impida de manera muy estricta los pases contrarios. Idealmente, el primer delantero que inicia la presión debe obligar al portador del balón a salir por la banda para que sus compañeros solo tengan de defender una mitad del terreno de juego.

Es interesante observar que la primera línea de presión del Atlético de Madrid no busca necesariamente recuperar o robar el balón. Lo que busca es minimizar las opciones posibles de pase, prácticamente obligando al adversario a no intentar el pase. Si lo que quisiera la defensa colchonera fuese recuperar el balón, haría falta (como por ejemplo hace el Bayer Leverkusen) presionar mucho más arriba la salida del jugador que lleva el balón, obligándole a un 1 contra 1.

Son muy pocos los jugadores que van a recuperar, lo que hace falta sobretodo es que se coloquen bien para no caer en una posición inútil. A partir de ahí, el jugador que tiene el balón, se ve obligado a forzar el pase. Guy Lacombe en Comment regarder un match de foot?

El objetivo no es, por lo tanto, robar el balón arriba (evidentemente a nadie le importa recuperar el balón en los últimos 30 metros), se busca forzar al adversario a intentar el pase largo. Es por tanto de vital importancia que el delantero que inicia la presión no deje de hacerlo si el balón le llega al guardameta: el adversario no puede tener ni un momento de respiro para intentar salir con el balón jugado.

Para resumir esta primera presión del bloque alto del Atletico de Madrid:

  1. Un bloque que defiende en zona con el esquema inicial del equipo
  2. Un atacante que inicia la presión escorando su carrera para que el contrario salga por la banda
  3. Los demás jugadores de las dos primeras líneas que van al cubrir  de las opciones de pase
  4. La presión se debe mantener en caso de pase al portero.

Todo para obligar al adversario a rifar el balón con un pelotazo. Un juego largo que provoca pérdidas, y por lo tanto, recuperaciones de balón que se pueden utilizar para buscar espacios en campo contrario con una transición ofensiva muy rápida. Ya que el equipo contrario busca salir con el balón jugado desde atrás, su defensa se estira a lo ancho del campo. Por lo tanto, hay muchos espacios en el terreno de juego una vez que se produce el despeje.

Podemos comprobar en estos ejemplos que hasta los mejores equipos de Europa tienen muchas dificultades en sobrepasar esta primera línea defensiva y se ven forzados a jugar en largo.

Sin embargo, este plan de juego se utiliza solo durante los primeros 20 minutos del partido, rara vez más tiempo. Este trabajo necesita largas carreras, muy intensas, y un poco de descanso cuando se consigue el balón mediante el trabajo defensivo. Esto permite asfixiar al rival desde el inicio para conseguir una superioridad psicológica, incluso a veces en el marcador.

Lo habrán notado seguramente, pero estas carreras curvadas buscando la salida contraria por las bandas son una parte importantísima de lo que se le pide a un jugador del Atleti. Este tipo de presión es la que determina si un equipo trabaja bien en defensa y esto, es el caso del Atlético de Madrid.

Cuando el bloque alto (la primera línea de presión) no está adaptada; ya sea por falta de físico o de táctica, el Atlético se vuelve a colocar en un bloque medio. En esta ocasión, los centrocampistas se sitúan un poco más atrás de la línea de mitad de campo.

El reposo del mediocampo

Este posicionamiento constituye la pieza angular del sistema defensivo del Atleti. Ahora voy a descomponer esta situación en dos partes, ya que el bloque medio de los colchoneros es muy distinto dependiendo del sistema de juego.  En efecto, si se dibuja normalmente al Atleti con un 4-4-2, el equipo alterna muchas veces con un 4-1-4-1 (o un 4-5-1 o un 4-3-3, un medio del campo con 3 jugadores con 2 jugadores que se escoran, más el punta). El sistema defensivo del bloque medio cambio mucho dependiendo del sistema en el que juega. Pero antes de entrar en materia, prestemos atención al acordeón.

Los mediocampistas tocan el acordeón

Antes de comenzar con el análisis puro y duro de la estructura defensiva, voy a esbozar muy rápidamente la estructura de la línea de mediocampo. No vamos a entrar enseguida en los detalles individuales de cada miembro de esta línea (es para más tarde), vamos a analizar la estructura del mediocampo: muy a menudo la línea se transforma en un acordeón.

 

Este posicionamiento, permite dominar los espacios en el corazón del bloque, esto se denomina: la defensa en escalera. De esta manera los jugadores más atrasados pueden controlar los espacios a la espalda de los jugadores del medio y así limitar mucho las posibilidades de pase desde el centro del campo.

El medio del campo colchonero no se mueve siempre en escalera, en realidad este posicionamiento solo interviene cuando hay posibilidad de progresar con el balón (ya sea mediante regates o pases).

Ya he terminado con este apartado, no va a haber video específico para esto. Pero si nos fijamos en los videos que voy a poner a continuación, podremos constatar el movimiento en acordeón de la línea del medio. Muchas veces podemos observar equipos que defienden en mediocampo de manera muy plana y lineal, esto facilita bastante el ataque. El Atlético de Madrid no hace parte de estos equipos.

El gran clásico: 4-4-2

Este sistema de juego asociado al Atleti, con sus 2 delanteros que son parte del bloque defensivo sea cual sea la situación y que no dudan a bajar mucho para participar en el esfuerzo defensivo. Sin embargo, escuchamos a menudo, que no es posible jugar el futbol moderno con dos delanteros. Laurent Blanc o Didier Deschamps están convencidos de ello, jugar con dos puntas no es posible hoy en día. Pero el Atlético lo consigue, y muy bien.

 

Para realizar esto, el Atleti se presenta con un bloque medio orientado a la defensa zonal, con una línea de 4 en el medio, horizontal y compacta, así como la pareja de delanteros también muy horizontal.

Con estos dos jugadores que constituyen la primera línea del bloque defensivo, el Atleti intenta molestar la salida de balón para provocar una situación de 2 contra 2 o de 3 contra 2 si se desengancha un mediocampista. En los dos casos el objetivo es el mismo: obligar a que el central juegue con su lateral y salga por la banda.

El objetivo es orientar al adversario a una zona favorable a la recuperación. Se sobre entiende cerrar los ángulos de pase, lo que solo los atacantes que están cerca del jugador  llevando el balón pueden hacer. Sin apresurarse, tienen que incitar al adversario a jugar mal, y presionar a fondo cuando el balón llegue donde quieren. – Jean Claude Suaudeau en Comment regarder un match de foot?

Como explica muy bien Jean Claude Suaudeau, el objetivo de los atacantes no es correr a presionar a toda velocidad al portero. Al contrario, la carrera debe ser medida para obligar al portador del balón a jugar con su lateral. La carreara del atacante es la señal para sus compañeros que tienen que cerrar cualquier opción de pase al centro del campo. De nuevo podemos observar que la defensa pasa de zonal a una defensa al hombre cuando se produce la presión.

 

Los 2 delanteros trabajan juntos para para que el juego adverso se perfile hacia la línea de banda. Pero, ¿Por qué la línea de banda?

La línea de banda es el mejor defensa del mundo – Pep Guardiola

La explicación a esta última afirmación es muy simple: la línea de banda cierra la mitad de las posibilidades al portador del balón, es mucho más fácil defender y anticipar sus movimientos. Volvamos a nuestra cuestión y a la trampa defensiva que se articula poco a poco. El balón le llega al lateral, encerrado contra la línea de cal. El medio del Atleti que se situé más próximo a la banda viene a presionar mientras que el lateral se sitúa a la espalda del extremo. El centrocampista del lado del balón se escora a la banda para cubrir el posible pase al centro mientras que el delantero de esa misma banda viene a cubrir al central para impedir cualquier pase atrás.

Para ser completamente preciso, tengo que decir que el centrocampista no va a presionar de cualquier manera: impide que el lateral juegue hacia el interior pero le deja el pase hacia el extremo, sabiendo, que su compañero está perfectamente capacitado para impedir que se dé la vuelta con el balón (ahí es donde aparece la segunda táctica defensiva individual). Sí, es diabólico. Y muy eficaz.

El movimiento colectivo es hoy en día tan dominado que es realmente difícil evitar el “pressing trap” para los adversarios.

Para poder cerrar las diferentes opciones de pase (hacia el interior) a lo largo de la acción, el Atlético de Madrid usa y abusa de las transmisiones de marcaje escalonado. Su excelencia en este aspecto es un regalo para la vista, ya que es una acción que necesita de la comunicación y coordinación entre los jugadores y que es por lo tanto puramente colectivo. No duden en estar atentos al marcaje escalonado en los videos que siguen, es realmente bello [CTXT pidió permiso a la Liga para reproducir los vídeos que ilustran la pieza original, pero la institución ha negado los derechos].

A pesar de la excelencia del trabajo realizado, existen evidentemente fallos que el adversario puede explotar. Por ejemplo, el Sevilla FC evitó este tipo de presión gracias a un cambio táctico que permitía a los laterales sevillanos  jugar detrás de la línea de presión de mediocampo. Un mediocentro baja a recibir y se coloca en el pivote, permitiendo así que los laterales jueguen mucho más adelantados.

El Atlético dejó mucha libertad a  los centrales por las bandas lo que les dejaba mucho tiempo para vislumbrar al compañero desmarcado en el lado de débil (lado sin balón). Los chicos de Diego Simeone acabaron ganando ese partido 3-0 pero los del Sánchez Pizjuán llegaron a tirar hasta 25 veces: nunca los jugadores del Cholo han concedido tantos desde entonces.

La otra observación que podemos hacer sobre este bloque medio con un 4-4-2, es que el acceso a las bandas no es óptimo. Para los que no están familiarizados con esta noción de “acceso”, les invito a leer el artículo ¿Es posible defender con 3 atacantes? Para explicarlo brevemente, el “acceso” es la capacidad de un equipo de defender inmediatamente una zona, a acceder a ella de manera rápida. Con una línea defensiva compacta de 4 jugadores en el medio, el Atleti no puede impedir que el contrario avance por las bandas. Me dirán que mejor, lo que quieren los colchoneros es que el avance se efectúe por las bandas. Esto es correcto, pero permitiendo que el equipo contrario gane terreno, podemos caer en una defensa muy atrasada para situarse siempre entre el balón y la portería (si no ha funcionado el trap). Es la razón, a mi parecer, por la que el Atlético decide a veces jugar con un 4-1-4-1.

La variante 4-1-4-1

La primera observación que podemos hacer es que, cuando el Atleti decide abandonar su 4-4-2 fetiche, no se ve en la alineación del partido. Los jugadores no cambian y Simeone usa la polivalencia de estos para modificar el sistema sin necesidad de usar jugadores específicos.

Los jugadores son muy versátiles y pueden ocupar muchas posiciones en el terreno de juego. 

Los jugadores son muy versátiles y pueden ocupar muchas posiciones en el terreno de juego. 

De esta manera se puede decir que el cambio de esquema no es un medio para integrar jugadores en el once con capacidades específicas. La justificación es por lo tanto desde un punto de vista colectivo.

Como decía anteriormente, organizar de esta manera permite molestar eficazmente el ataque rival, por eso la presión en las bandas es mucho más fácil de efectuar si en el medio del campo tenemos 5 jugadores en vez de 4.

Sin embargo, en este sistema en 4-1-4-1, el Atlético de Madrid solo dispone de un jugador para realizar la primera presión a la posesión contraria. En un 1 para 2 o un 1 para 3 es mucho más difícil molestar para que la salida de balón sea por las bandas. De manera que, Diego Simeone no le pide al único punta el mismo trabajo que con un 4-4-2, más bien su trabajo será neutralizar al pivote contrario. Lo que se gana en resiliencia se pierde en capacidad de recuperación.

Pero ya lo he repetido en otros artículos, defender sin un mecanismo de recuperación es una muy mala idea. Y como habrán entendido desde el principio del artículo, el entrenador del Atlético de Madrid no suele tener malas ideas.

Cuando los colchoneros cambian su 4-4-2 por un 4-1-4-1, la ambición de interceptar balones o de robar los mismos mediante los traps deja sitio a la voluntad de impedir la progresión adversa presionando fuerte a los centrales para que se vean obligados a despejar. Esta vez, es trabajo de los centrocampistas o mediapuntas el provocar la pérdida de balón contraria. Para impedir que los centrales contrarios dirijan el juego de manera cómoda, Saul o Gabi salen a menudo del medio para presionar y empujar a los contrarios al fallo.

 

Lo han notado, cuando un centrocampista sale a presionar al jugador en posesión del balón, va a intentar cortar las opciones de pase de este en su zona. Esto es esencial para que no existan muchos espacios a cada presión, esta es la razón por la que la técnica individual defensiva debe ser parte del bagaje defensivo de un jugador del Atlético. Si el adversario consigue jugar a la espalda del centrocampista que presiona, es el turno del mediocampista más atrasado para realizar su presión mediante la defensa escalonada.

Además, a pesar de que línea de mediocampo se ve reforzada con la llegada del quinto jugador, esta conserva una orientación centrada en un eje. En efecto, el centrocampista va a presionar la espalda de la primera presión cuando podría anticipar y bloquear las opciones cerca de la banda. En el terreno de juego este centrocampista de segunda línea defensiva solo empieza su carrera una vez que ve que el pase se va a efectuar. Al no tener otro compañero para cubrirle las espaldas, ya que sus compañeros están presionando ya la salida de balón, no puede permitir que el lateral juegue hacia delante. Su posición defensiva es por lo tanto distinta a la adoptada con un 4-4-2: se busca forzar en esta ocasión que se juegue el pase atrás. Este centrocampista tiene que tener mucha resistencia física al tener que bloquear primero el interior antes de volver a esa presión asfixiante. Una presión que como con el bloque alto se mantiene hasta el final.

Para resumir, esta variante al 4-4-2 clásico permite cubrir mejor todo lo ancho del campo para poder defender mejor la progresión del adversario. Sin embargo, la presión intensa en las bandas ya no existe, las recuperaciones se hacen por lo tanto mediante una presión de los centrocampistas a los centrales que se ven obligados a rifar la bola.

*Esto no quiere decir que el Atlético no recupere ningún balón en la banda. Sigue siendo una zona propicia a los duelos cara a cara para recuperar el balón, pero no existe ese mecanismo tan claro y fluido que ofrece el 4-4-2

Sin embargo, no siempre es posible impedir la progresión del equipo contrario, y puede ocurrir que el adversario llegue con el balón a los últimos 30 metros. No sirve ya en ese caso el bloque medio y el Atlético de Madrid pasa a defender con el bloque bajo.

Poner el autobús a la argentina

Tengo que admitir que no es la fase del juego que más me gusta analizar ya que hay, al menos, problemáticas de espacio que gestionar en el último bloque. De manera atípica, la última línea defensiva es muy pasiva y busca resistir el asedio rival. No es muy vistoso, estaremos de acuerdo. Incluso en las condiciones “básicas” el Atlético de Madrid se desmarca, ya que han demostrado varias veces que pueden sufrir sin conceder la más mínima ocasión.

Están, evidentemente, los famosos “ingredientes” que a todo entrenador fascinan: entrega, voluntad, agresividad, determinación… Nos los sabemos todos, el Atlético no es un equipo cualquiera en ese aspecto y sabe sacar dichos “ingredientes”. Pero sería demasiado injusto limitar todo el esfuerzo a estos “ingredientes”.

Primero, se hace muy reconocible el último bloque del Atlético de Madrid. Este término, bloque, parece haber sido inventado para describir su unidad con una estructura, a veces descrita como 4-4-2-0, para subrayar la integración de los delanteros en el trabajo defensivo. Este grupo forma una especie de trapecio alrededor del cual se encuentra con mayor facilidad al hombre liberado. Esta facilidad para encontrar jugadores en las bandas es acentuada por la orientación de los mediocentros laterales, que cierran el centro del campo, dejando de manera voluntaria al jugador rival en banda libre de recibir el cuero.

Otra vez más, nada extraordinario, muchos equipos eligen colocar muchos defensas en el centro del campo para forzar el juego de los laterales contrarios. El Olympique de Lyon tiene la victoria contra el PSG como ejemplo de este tipo de planteamiento defensivo.

El problema con esta opción es que dejamos al contrario recibir el balón en los 30 últimos metros, con tiempo para pensar y encarar el ataque. Tiempo que concedemos para que el rival pueda ejecutar una jugada de asociación (lateral desdoblando).

Una vez más el plan de juego colectivo del Atlético de Madrid va a estar magnificado por los jugadores que lo componen. ¿Os acordáis de la tercera técnica individual citada al principio del artículo? Va a ser utilizada cada vez que el balón llegue a las bandas con un objetivo claro: impedir al adversario desbordar. Para prevenir que dicha situación se dé, los dos jugadores que defiende en esa banda (lateral y mediocentro escorado) trabajan juntos y en constante comunicación para decidir quién va a cubrir el hueco y quien va a por el jugador con balón. Tengo la sensación de contarles algo vacío, obvio y de describir las bases del futbol y aun así…

En resumidas cuentas, el último bloque del Atlético de Madrid es extremadamente compacto en el centro del campo, lo que impide al rival jugar en el centro (salvo ciertos catalanes, pero eso es otra historia). El partido se empuja a las bandas y los jugadores descentrados deben trabajar juntos para impedir los desbordamientos.

Pero no siempre funciona; hay veces que el rival llega a centrar. A veces, incluso llegan a desbordar, en la gran mayoría de casos deciden enviar el balón al área sin eliminar a su adversario.

Cuando el balón llega al área, nos acercamos a los límites de control de un entrenador. En efecto, el entrenador no puede impedir gran cosa cuando se va a dar un uno para uno. Guardiola (¡otra vez él!) lo describió de manera muy acertada hace unos meses a raíz de una situación ofensiva, pero la idea es adaptable:

No soy yo quien tiene que enseñar a mis jugadores a regatear. Pero si puedo intentar crear situaciones de juego en las cuales ellos se enfrenten en un 1 para 1. Eso sí puedo conseguirlo. –Pep Guardiola.

Recogiendo esta reflexión, en lo que nos atañe que son los centros laterales, esto viene a decir: el entrenador no puede ganar los duelos de cabeza de sus jugadores, pero puede generar situaciones en las cuales la recepción del centro sea más sencilla de gestionar.

Y la solución más sencilla para gestionar las situaciones caóticas como pueden ser el hecho de un centro lateral (con todas las segundas oportunidades que puede generar) es el de meter gente en el área.

Bueno, meter gente en el área cuando tenemos 8 jugadores que han puesto la tienda de campaña delante del área, es más sencillo, estamos de acuerdo. Pero, otra vez más, el Atlético no lo hace de cualquier manera, y da fe de ello con una regularidad impresionante en la ejecución de las consignas. Podemos identificar una consigna impuesta en el centro del campo, del lado fiable (a lado contrario del balón). En efecto, en cuanto el adversario tiene la oportunidad de centrar, los jugadores se colocan en el área. Por lo tanto, siempre hay 5 jugadores (incluso 6) en el área para gestionar dichos centros: el lateral opuesto, los dos centrales, el mediocentro y el mediocentro lateral opuesto.

Continuando con el análisis del bloque inferior, podemos dudar de la realidad de esta consigna dado que los medios ya están situados, prácticamente, a la misma altura del área antes incluso del centro. Pero no hay ninguna duda de que, cuando el contrincante empieza a colocarse en situación de centrar y el Atlético no está realmente bien colocado, podemos observar a los dos jugadores intensificar su carrera, si hiciera falta, para colocarse dentro del área. Esta sobrepoblación en el área permite al Atlético de Madrid dos cosas: una, tener más efectivos para despejar el balón y, dos, evitar posibles segundas jugadas que finalicen en golpeo a puerta.

Este vídeo [no disponible en España] concluye el análisis de los diferentes bloques del Atlético de Madrid y sus comportamientos defensivos cuando el adversario tiene la pelota. Mientras los hombres del Cholo Simeone pierden el balón, no se posicionan inmediatamente en bloque. Tienen primero que pasar a la transición defensiva. ¿Y tener una defensa bien plantada, sin transiciones defensivas, evitaría tanto sacrificio, no creéis?  

Atacar para defender.

Les prometo que llegamos al final del artículo e intentaré ser escueto. Pero yo no puedo escribir 5000 palabras sobre los diferentes bloques del equipo de Diego Pablo Simeone sin hablar de las frases que preceden la defensa estática.

 

No estoy del todo de acuerdo con esta representación ya que separa cada fase cuando estas influyen las unas en las otras. Por ejemplo, un equipo que defiende delante del área tendrá que realizar una transición diferente (de la misma manera en la fase ofensiva) de la que realizaría un equipo que busca recuperar en los 30 metros de campo contrario. En cambio, es la representación más común hoy en día y es bastante acertada, tan acertada como para que cambie de idea.

En lo que nos concierne, la fase ofensiva del Atlético de Madrid es un molde que se basa en la voluntad de poder gestionar la transición defensiva (la perdida de balón).

¿Sabes por qué el Barcelona recupera la pelota tan rápido? Porque no necesitan correr más de 10 metros –para presionar-, ya que nunca hacen pases de más de 10 metros. - Johan Cruyff

Pues bien, encontramos la misma filosofía en el equipo madrileño. En efecto, podemos constatar bastante rápido que mientras se desarrolla el juego, buscan salir desde atrás, las ofensivas de Diego Simeone son muy compactas del lado donde está la pelota. Especialmente, los “laterales” que se comportan en realidad como mediocentros ofensivos o incluso hombres de ataque.

Esta palpable semejanza entre los jugadores permite aumentar la posibilidad de recuperar “segundos balones” y colocar rápidamente jugadores delante del portador de balón en caso de que pierdan la pelota. Una presión a la pérdida de balón que evita los contraataques rivales.

Lo más esencial de las acciones ofensivas se desarrolla en las bandas, con combinaciones cortas esenciales para aprovecharse el carácter compacto del equipo. Por lo tanto, perder el balón en las bandas es netamente menos peligroso que en el centro del campo; es un buen modo de equilibrar el equipo cuando se ataca.

(IMAGEN NO DISPONIBLE)

Evidentemente atacar en espacios tan reducidos necesita una gran calidad técnica, es por ello que los fichajes recientes del Atlético de Madrid han ido en ese sentido (Griezmann, Oliver, Correa, Carrasco, Vierto…). Esto genera situaciones de ataque muy bonitas de ver, lo que contradice la imagen de “brutos” de los colchoneros.

Atlético de Madrid: La conclusión.

Estamos llegando al final de este análisis sobre el Atlético de Madrid. Atravesando el terreno desde el bloque alto hasta el bloque bajo más extremo, pasando por la fase de transición, donde podemos observar que este equipo tiene numerosos ases bajo la manga, el conjunto es muy coherente. Estas numerosas soluciones permiten que se adapte a la situación de partido y al adversario, lo que es primordial cuando no pueden pretender imponer su juego frente a todos los oponentes a lo largo de toda una temporada, como pueden hacer el FC Barcelona o el Bayern de Munich.

Sin embargo, todo lo que he mostrado hasta ahora demuestra que el Atlético de Madrid es un equipo puntero en lo colectivo, pero estas imágenes no son representativas de la regularidad y la realidad de su rendimiento defensivo. En efecto, podemos encontrar extractos de sistemas defensivos bien ejecutados por todos los equipos del mundo, lo cual no quiere decir que todos defiendan bien. Es por ello que me gusta mucho añadir números al análisis.

Podemos, por ejemplo, fijarnos en la media de tiros concedidos por cada 100 pases del contrario. Esto nos permite escenificar la dificultad que tiene el adversario para encontrar una posición de tiro, cuando tiene la posesión.

 

Y sin sorpresa, el Atlético de Madrid se separa muy por encima del resto, ya que ningún equipo en España concede tan pocos tiros por pases del rival.

Centrémonos, de igual manera, en los “Expected Goals” (posibles goles concedidos) de la participación del Atlético de Madrid en la fase de grupos de la Liga de Campeones:

Solamente 3,2 “Expected Goals” concedidos, el mejor equipo en este sentido, en la fase de grupos. Y el partido de ida contra el PSV (0,6) va en el mismo sentido. Si les interesa, estos son los otros pretendientes a la victoria final en C1: Real Madrid, Paris Saint-Germain, Bayern Munich, Juventus Turin y por último, el FC Barcelona.

Podemos apuntillar que los colchoneros no son solo excelentes defendiendo, sino que su potencia ofensiva ha estado al nivel de las grandes escuadras europeas. No voy a abrumarles con más números y datos, estos permiten apoyar el hecho a los que vienen a leer este artículo: Sí, el Atlético defiende muy muy bien.

¿Será eso suficiente para llevarlos de nuevo a la cima europea? Es difícil tener la certeza de ello, ya que no tienen ese margen ofensivo de los equipos grandes, margen que permite asegurarse la clasificación frente a equipos más débiles. Pero seguramente este equipo está entre los mejores de Europa y será un adversario temido por todos los otros clasificados (si pasan contra el PSV).

Ningún equipo puede contemplar fríamente un doble enfrentamiento contra el Atlético de Madrid.


Este análisis fue publicado en Analy'sport el 13 de marzo de 2016.

Traducción: Gabriel Méndez.

El Atlético de Madrid vive desde hace algunas temporadas un sueño. Como segundo club de la capital española, los aficionados siempre han estado a la sombra del ogro merengue. Pero esta relación de fuerza es mucho menos clara desde que un tal Diego Simeone cogió las riendas de los colchoneros. Lejos de la potencia...

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Traducción: Gabriel Méndez-Nicolas

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2 comentario(s)

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  1. Antonymanz

    Por favor, de qué maravilla estás comentando sobre el sistema defensivo del Cholo Simeone? Este Sr. no sabe defender los centros laterales a su área, ni los córneres, ni sabe evitar que le hagan gol a pase de la muerte y en toda su trayectoria no ha sido capaz de corregir estos garrafales y repetitivos fallos de "patios de colegios". Para eso creé dos blogs: golesdepatiosdecolegios.blogspot.com y metodofutbolisticoamanzji.blogspot.com. Ahí pueden entrar y verificar que lo que le comento tengo razón porque mi método está registrado desde 2015.

    Hace 4 años 10 meses

  2. Mengs

    THIS IS FOOTBALL, MATES!

    Hace 7 años 10 meses

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